15/1/19

Nakeima. Madrid



Empieza el nuevo año, y voy a contaros mis nuevas aventuras gastronómicas por Madrid. 
Siguiendo las recomendaciones de los expertos, y aprovechando la visita de mi novio, decidimos que un 6 de noviembre, con el frio madrileño dejándose notar, era el día perfecto para probar suerte e intentar conseguir mesa en Nakeima. Los que habéis ido u oído hablar de este restaurante, conocéis el mecanismo para hacerse con un ansiado hueco en este pequeño (por tamaño) restaurante de apenas 20 comensales por servicio

Abren de martes a sábado, en horario de 2 de la tarde y 9 de la noche, para dar dos turnos de comidas para un máximo de 20 personas por turno, que no se dobla. Media hora antes de abrir, sobre las 13.30  h y las 20.30 h, cogen una lista en la puerta del local hasta completar el aforo. Conviene saber que cada persona puede hacer una reserva para un máximo de 4 comensales. La mecánica para hacerse con una mesa, lleva a estar haciendo cola desde las 13 h al medio día, o las 19 h por la tarde (ya que suele haber más demanda para las cenas). Aun así, dependiendo del día de la semana, os podéis imaginar que la demanda varia. Nosotros fuimos un martes a cenar, y he de decir que no era necesario estar allí a las 19 h, como una servidora, por que acabamos ligeramente hipotérmicos y hasta las 19.45 h la gente no se animó a venir a hacer cola, pero tenéis que tener en cuenta que sólo hay aforo para 20 personas. Debéis saber que en los meses de frio, muy amablemente salen a servirte un aperitivo caliente para no morir en el intento de conseguir sitio. 

Y diréis, ¿de verdad merece la pena? Pues sí, claro, ¡por supuesto! 
La experiencia comienza cuando traspasas una puerta corredera (que engañosamente parece un ascensor) y te adentras en un local de pocas dimensiones, con apenas un par de mesas y una gran barra, con una decoración peculiarmente personal y acertada. Tuvimos la suerte de sentarnos en un extremo de la barra y poder disfrutar del ambiente “cocineril” desde primera fila. No se a vosotros, pero a mí me flipa estar cerca del lugar donde pasan las cosas, lo suficientemente cerca como para sentir el calor de los fogones en la cara (literalmente, aunque no es el caso), y poder hablar distendidamente con las personas del equipo que están al otro lado de la barra.  

¿Qué se come en Nakeima? Pues rico riquísimo, sobre todo, y abundante, lo suficiente como para no probarlo todo. Os explico. En la pared de la izquierda según se entra al restaurante, veréis escrito un “largo menú/carta”, con sus correspondientes precios. Cuando coges asiento, comienzan a servirte los platos por orden, teniendo en cuenta que cuando uno esté lo suficientemente saciado, puede parar o finalizar con algún plato que se quiera probar, independientemente del orden. Es probable que alguno de los platos que os enseño ya no estén, suele ser habitual el cambio del menú por la aparición de nuevos platos.

¿Y que tipo de cocina os vais a encontrar? Yo la he definido como “castiza-fusión”, sin lugar a dudas. Utilizan con maestria los ingredientes asiáticos:  algas, especias, nigiris, cocciones al vapor, … para adaptarlos a los sabores más castizos de Madrid: escabeches, carne de caza, hongos, hortalizas, gambas al ajillo, caracoles, bocata de tortilla, … ¡hasta la tarta de whisky! Es un espectáculo de sabor. 

Respecto a las bebidas, os recomiendo encarecidamente, que os dejéis aconsejar con el tema de los vinos, en nuestro caso, Paramos Nicasia (Valladolid) y Doniente (Txacoli) nos parecieron un acierto a la hora de combinarlos con la comida. 

Comenzamos ...

  • Ensalada de algas con mejillones y escabeche helado. Fresco y ligero. 
  • Yema emulsionada con mantequilla de trufa, helado de mayonesa y esparrago, piel de pollo crujiente, “uvas de mar” y foie laminado. Meloso, suave, para comer uno tras otro sin parar. 

·      Nigiris atún rojo, panceta y gamba al ajillo.¡Para chuparse los dedos!


·      Temaki de pescado con huevo frito. Cremoso y sabroso. 
·     Takoyaki de oreja de cerdo. Riquísimo
·   Wanton de liebre y caldo. Al igual que los dim sum, ¡espectacular! Con un caldito ligero pero contundente de sabor.


·      Suflado de maíz con crema de trompetas de la muerte y champiñón laminado. Muy muy rico, ¡todo un bocado de sabor que explota en la boca!
·     Dim sum de guiso de setas y holandés de trufa.
·     Dim sum de papada con bolitas de arroz inflado.  


·      Bao de gallina.
·     Falsa lasaña de chipirón en su tinta y erizo.
·     Caracoles thai.


·   Bocata de pimientos y tortilla. Sabroso y cremoso. Una presentación de un clásico que es todo sabor. 
·     Tarta al whisky helada. ¡Nos encantó!



 Precio: 70-90 €/persona con bebida


  NAKEIMA      
        Calle de Meléndez Valdés, 54, 28015 Madrid




  

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